Santander, julio–otoño de 1936. En la bahía de la ciudad, el buque Alfonso Pérez fue habilitado como prisión flotante durante los primeros meses de la Guerra Civil española. Lo que a simple vista podría parecer una embarcación corriente se convirtió en el escenario de uno de los episodios más dolorosos de la memoria salesiana en España: la detención, el cautiverio y el posterior martirio de sacerdotes, seminaristas y laicos entre los que se encontraban don Andrés Gómez y don Antonio Cid.

El barco convertido en prisión

Tras el estallido del conflicto en julio de 1936, Santander quedó bajo control republicano y las cárceles quedaron rápidamente saturadas. Ante esa situación, las autoridades locales improvisaron soluciones de detención: una de ellas fue transformar barcos anclados en la bahía en prisiones temporales. El Alfonso Pérez, sin condiciones mínimas de habitabilidad, acogió a centenares de detenidos que vivieron hacinamiento, humedad y una dureza cotidiana marcada por el miedo.

Don Andrés Gómez y don Antonio Cid: ministerio y cautiverio

Los salesianos don Andrés Gómez y don Antonio Cid estaban en Santander realizando colonias de verano en el antiguo colegio de la calle Viñas cuando fueron detenidos por su condición religiosa. Tras el arresto fueron trasladados al Alfonso Pérez, donde compartieron cautiverio con numerosos sacerdotes, seminaristas y laicos católicos. Durante su estancia destacaron por la serenidad, el espíritu fraterno y el acompañamiento pastoral a sus compañeros de detención.

Un martirio en contexto

La ejecución de don Andrés y don Antonio, junto a la de otros prisioneros, se produjo en un clima de represión, venganza y violencia indiscriminada que caracterizó episodios concretos de la contienda en la región. Aunque estas acciones fueron a veces una reacción ante bombardeos u otros hechos militares, no pueden separarse del contexto más amplio de persecución religiosa que sufrió el clero y los consagrados en aquellos meses. El martirio de estos salesianos fue posteriormente reconocido por la Iglesia y forman parte del grupo conocido como Beatos Mártires Salesianos de España; su memoria litúrgica se celebra el 22 de septiembre.

El Padre Luís Madina